sábado, 13 de noviembre de 2010

Ruta Ura


Diego, Javi, Carolina y Bruno no madrugamos mucho pero algo temprano si que salimos de Burgos. Llegamos al pueblo de Ura y dejamos el coche aparcado en las bodegas y comenzamos nuestro camino. Atravesamos el pueblo y dejamos el río Mataviejas a nuestra derecha, siguiendo el desfiladero hasta el pueblo de Castroceniza.
Allí en el pueblo, no sabíamos muy bien como continuar la ruta y le preguntamos a una viejecilla como debíamos ir a Quintanilla del Coco, y nos dijo que la mejor forma era ir por la carretera, ya que por el lado del rio no se podia ir, asi que la hicimos caso y al cabo de un par de kilometros, vimos un camino que atravesaba el monte y decidimos tomarlo, bien que hicimos, por que nos llevo hasta el mismisimo pueblo y nos ahorramos la tediosa carretera.
En Quintanilla del Coco, le volvimos a preguntar a un paisano, que como se llegaba hasta Ura, y nos indico un camino a traves del monte, el cual seguimos y en cuanto nos alejamos un poco del pueblo aprovechamos para parar a comer.



Despues de comer vimos algo que todavia me inquieta, y es que se siembren piedras (je je je), viva la ignorancia, pero es que todo el campo que había a nuestro alrededor estaba igual, lleno de piedras y no precisamente pequeñas.
Seguimos andando un ratillo, y vimos un todoterreno que se iba a cruzar con nosotros en el camino y queriamos preguntarle por donde se iba a Castroceniza pero en vez de parar casi nos atropella y encima tenia un acento a catalán que no podiamos casi entenderle, nos dijo que un poco mas adelante teníamos una bifurcación y que tomasemos el camino de la derecha.
Después de cogerlo vimos unos buitres apostados en lo alto de la montañita que hacia una especie de barranco de llegada al pueblo.





Al llegar a Castroceniza tuvimos que atravesar el rio, ya que llevaba un caudal muy pequeño de un brinco lo pudimos atravesar y solo teniamos que desandar la primera parte de la ruta, aprovechamos para fijarnos un poco mas en el paisaje y andar lo mas rapido posible ya que habia compromisos con la Iglesia, y ya se sabe que con Dios no se juega.






Ya en el pueblo cogimos el coche y de vuelta para Burgos, no habia estado nada mal la caminata y encima nos respeto el tiempo que parecía que iba a llover pero se quedo en cielo encapotado, no sabíamos cuando seria la siguiente pero procuraríamos que fuese pronto.











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