Fue un día desapacible el que escogimos pero Diego, Joserra, Rodrigo, Carolina y Bruno fuimos a andar por las Tierras de Lara, dejamos el coche aparcado en el pueblo de Cubillejo, y como parecía que iba a llover bastante, decidimos dejar las mochilas e ir a visitar el dolmen de Cubillejo.
Como allí ya no llovía, pues seguimos un camino que estaba bastante encharcado pero que nos llevaría al pueblo de Quintanilla de las Viñas, pueblo famoso por su Ermita de Santa María, iglesia visigotica del s. VII-VIII, o bien por lo que acabamos de descubrir, que había millones de endrinas para hacer un estupendo pacharán y que Carolina se comía como que fuesen pipas, y que nos dijo que estaban muy buenas, cayendo uno tras otro en probarlas y sin que tengan un sabor especialmente agradable, pero era lo único que podíamos comer, ya que los bocatas estaban en el coche a unos 8 Km.
Allí, en la ermita, había un paisano que la vigilaba, perteneciente al funcionariado de Patrimonio, y que en ese momento tuvo la gentileza de hacernos esperar casi 15 min, ya que era su hora del almuerzo y no había nadie mas que nosotros, y no era cuestión de interrumpirle, luego se excuso de que algún día se tenia que quedar algo más por que claro los turistas no tienen horario, en fin que menuda geta.
Nos limpiamos un poco las botas en el lavadero, y comenzamos a andar otra vez hasta el pueblo de Cubillejo, dejando a nuestra derecha el Castillo del Picón de Lara y la Peñalara, casi totalmente cubierta por unas espesas nubes que amenazaban algo más que lluvia, por fin llegamos al coche y pudimos disfrutar del bocadillo y tomamos un cafelito en el pueblo de Cuevas de San Clemente, y nos dimos cuenta que al final no habia estado nada mal, unos 15 Km para tardar algo menos de 3 horas.
